El Valle de Elá es mejor conocido por la épica batalla entre el joven David y el gigante Goliat. Está ubicado en el borde occidental de las colinas bajas de Judea y era una importante ruta de viaje desde las ciudades costeras hasta el centro de la tierra de Judá. El sitio también contiene un ostracon con las palabras inscritas en él: rey, juez, viuda. David aceptó el desafío de Goliat de luchar contra él en el Valle de Ela. Sin embargo, el corazón de los israelitas se estremeció profundamente al escuchar las palabras del filisteo: “Si puede pelear conmigo y matarme, seremos sus siervos”.

El rey Saúl accedió a regañadientes a permitir que David peleara contra Goliat. El rey enriquecerá con grandes riquezas al hombre que lo mate, y le dará a su hija y hará accesible la casa de su padre en Israel; Las palabras de David fueron traducidas al hebreo por Samuel 17:31–37.

En 1 Samuel 17:38–47, David escogió cinco piedras lisas de un arroyo y las puso en su saco de pastor, y tenía la honda en la mano, y se acercó al filisteo con su escudero delante de él. El filisteo dijo a David: “Lo mataré, le cortaré la cabeza y con su carne daré de comer a las aves del cielo y a los animales del campo”. La derrota de Goliat por parte de David condujo a una gran victoria sobre los filisteos. El resultado de la batalla fue mucho más significativo de lo que podíamos haber imaginado. Si los israelitas perdían, se convertirían en siervos de los filisteos.

Fue una batalla de “el ganador se lo lleva todo”. Durante su juventud como pastor, David desarrolló muchas habilidades para luchar por sus ovejas y amar al Señor. Dios usó el dominio de David de usar una honda y su amor por el Señor para derrotar a Goliat. ¿Entiendo mi responsabilidad de desarrollar mis habilidades y la responsabilidad de Dios de guiarme en cómo usarlas?

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